El libro de un hombre solo.

"...desde el momento en que las personas pierden su propia voz, se convierten en muñecos de trapo que no pueden escapar de la gran mano que los manipula."

viernes, 2 de diciembre de 2011

El CELAC un trasnocho y una oportunidad




Entre el 2 y el 4 de diciembre se estará realizando en Caracas la primera reunión del CELAC. Esta reunión calificada por el gobierno como una CUMBRE, espera recibir a más de treinta mandatarios de la región. Los objetivos que se traza cada país de cara a este encuentro son variados, cada uno desde su particular visión regional y, por su puesto, determinado por su esfera de intereses y preocupaciones reales y cercanas. Bolivia, por ejemplo, espera que ese foro sea un espacio en que pueda reactivar y tal vez solucionar su problema de salida al mar. Un problema que ya tiene 130 años y que por los pasos erráticos que está dando, su solución tardará mucho más en llegar. Encerrarse en una comunidad que no acepta –por principios- a EE.UU., y a Canadá, es un paso poco acertado, pero ¿qué se le puede pedir a Evo Morales, si ha utilizado el caso de la salida al mar para su país, sólo como un tema electorero?, nada.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, planteó que: "…la aspiración de Ecuador es seguir desarrollando la Celac como un foro para resolución de conflictos regionales, que reemplace a la Organización de Estados Americanos (OEA)". El Continente tiene suficientes mecanismo de resolución de conflictos bilaterales y multilaterales, que no necesariamente están bajo la sombra “horrorosa” de EE.UU. ¿Por qué estos mandatarios que critican tanto a la OEA, simplemente no se retiran de ella por considerarla inoperante?, ¿cómo mantienen ese estúpido argumento de que estarían, mal que bien, abandonando un espacio para la denuncia?, ¿es útil o no es útil?

Los países ALBA tienen una muy particular manera de ver y participar en el Continente, comenzando por ser excluyentes. Ante la posibilidad de que EE.UU., con su influjo logre desviar las propuestas de acuerdos que presentarán en la cita caraqueña, prefieren vender el mueble y no invitarlos. Estos revolucionarios, alzados en sus fronteras, son incapaces de enfrentar al enemigo cara a cara y con argumentos, propiciar cambios, que allí si, serían aceptados por un buen porcentaje de los países invitados. Pienso en “un buen número”, porque dificulto que surja un verdadero consenso en base a lo que pueda ser la propuesta final a ser firmada.

Los intereses de Cuba están en la base de toda esta Cumbre-Abismo. Tanto pelear por años para que se revirtiera la expulsión de la OEA, expulsión, por cierto, lograda gracias a la participación activa de la Venezuela de Rómulo Betancourt. Para que una vez que se le aceptó su reincorporación, cumpliendo ciertos pasos de carácter formal, nada difíciles de cumplir para un gobierno del siglo XXI, simplemente empezaran a moquear diciendo que el imperio los engaño una vez más. Bueno, Chávez que si está arrodillo a todas las formas de imperialismo, incluso el cubano, les creó con dinero venezolano un organismo, clon de la OEA*, para que se pudiera sentar traqnuilita, sin realizar elecciones universales, libres, secretas y democráticas en la isla. Una contradicción se presenta aquí: los jerarcas cubanos se lo agradecen a Chávez, pero el pueblo cubano de seguro que no.

Brasil se sentará con quien sea, su alta meta como país desarrollado y deseoso de serlo más, no le permite ningunear a los países del área, pero así como viene con su séquito empresarial al país lo seguirá haciendo en el resto del planeta, sin siquiera ruborizarse.

La verdad, la lamentable verdad, es que la mayoría de los países del área Caribe, Bolivia y Argentina (ya Colombia vino y se llevó su parte) vienen detrás de la chequera petrolera venezolana, que les será entregada una vez firmen sus Tratados en esta Cumbre, que definitivamente dejará al país más en el Abismo, que una vez denunció la Gran Boca.


*El chavismo tiene la peculiar manía de que si no logra dominar un organismo, crea cascarones vacíos, impulsados no por la necesidad de encuentro de interesados, sino por el deseo de que se les escuche hasta el infinito y se les aplauda hasta el cansacio, porque al final, las cuentas las paga el bolsillo roto venezolano.