Este es un espacio de opinión sobre todo lo que va saliendo o entrando en mi esfera de intereses. No aborda un tema particular, encontrarás aquí desde recetas de cocina, intentos de poesía, opinión, crítica, fotografía de la ciudad y ensayo corto. ¡Bienvenido!
El libro de un hombre solo.
"...desde el momento en que las personas pierden su propia voz, se convierten en muñecos de trapo que no pueden escapar de la gran mano que los manipula."
domingo, 31 de octubre de 2010
Libertad guiando al pueblo o cómo se metio si no tenía vela en ese entierro...
Está bien, concedamos que quienquiera puede intervenir una obra de arte clásica y a partir de ella mostrar otra “realidad”. Pero es que éste trabajo, de un artista venezolano, resulta especialmente tendencioso y se presta para unas cuantas lecturas que por acá se me ocurren.
Es una buena representación del de Eugène Delacroix, y a partir de ese original nuestro compatriota nos presenta su realidad, en una escena clásica nuestra. El Padre Madariaga con el Capitán General Emparán, cuando decidió, caprichosamente, que él tampoco los quería si no lo querían.
La Libertad no lleva una bandera en la mano derecha, que pudo haber sido venezolana, lleva en cambio la paloma de la paz. En este contexto, eso es lo que ofrece la “revolución”. Ella no lleva una carabina sino que arrastra la bandera, con la que está vestida, y cuya franja roja es la que más destaca.
No la sigue un niño o joven con pistolas en las manos, nada de eso. Por el contrario, cuando llega a nuestro trópico, se transfigura y nos presenta a un “descamisado”, quien parece empujar a Libertad. A partir de aquí el cuadro pareciera cambiar de nombre, para llamarse: “El Pueblo empujando a Libertad”. Ya no es un niño o joven, sino más bien, ¡sorpresa!, el comandante, que viene un tanto más lejos, levantando la mano derecha. Nada es perfecto. En serio. Un poquito de atención y se ve con claridad el rostro de EQTC dándole cuerpo al mural.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario