La entrada de Venezuela al MERCOSUR ha sido una vez más evitada. Esta vez el argumento lo conocemos muy bien nosotros también. Se apresa y se le abre juicio a un venezolano porque decide, sin violar ninguna ley, ponerse una camisa y plantear su posición política al respecto del gobierno actual, que la gente insiste en llamar “revolución”. Yo no puedo tildarla de tal, insisto en que antes que llamarla así, de darle tal vuelo, de argumentar como si se estuviera condenándola con señalarla así, se debe observar que es simplemente un gobierno muy malo.
Si en una revolución, lo extraordinario se convierte en cotidiano, como decía Ernestito, lo cotidiano ha sido la depauperación, el deterioro del país en áreas más sensible (no las nombraré, Ud. las conoce), la falta de franqueza y la malversación en la dirección de los asuntos públicos. No podría decir que eso en los malos gobiernos anteriores halla sido “extraordinario” -con extraordinario no apunto a lo que nos sorprende gratamente-, por eso insisto en que no se le debe llamar revolución a este gobierno.
Al caso. El senado Alfredo Luis Jaeggli dio como argumento el que en Venezuela se: “apresan a personas solo por vestir camisetas con ideas contrarias a la ideología oficialista.” A mi me basta el argumento del senador, no es una cosa tan tonta como para dejarla pasar. Además de que el señor de la camisa resume alegremente lo que muchos venezolanos pensamos.
El poder judicial se da a cada rato unos “chinazos”, que con sólo revisar las actuaciones próximo-pasadas del mismo gobierno, terminaría por encarcelarlos a ellos mismos. Un ejemplo, frente a la franela en cuestión (que anexo) está la que expuso el mismo presidente en cadena nacional, y que le “regaló” su rey, Juan Carlos de Borbón. (que también anexo). ¿Cómo hacemos entonces? En esa camisa se le señala directamente, se reafirma la actitud del mismo rey en una reunión internacional en la que lo mandó a callarrrrrrr. "Joder...".
Quién nos lo diría, que desde la lejana y a la vez cercana Paraguay, un senador, levantara la voz a favor de un compatriota nuestro y que esa acción de nuestro compatriota "encamisado" sirviera, una vez más, como argumento para evitar el ingreso del país a MERCOSUR.
¿Curioso...no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario