El libro de un hombre solo.

"...desde el momento en que las personas pierden su propia voz, se convierten en muñecos de trapo que no pueden escapar de la gran mano que los manipula."

jueves, 23 de diciembre de 2010

La derrota de una sociedad

"Sólo en un sitio puede ser derrotada una sociedad: ...en el pecho de cada hombre."
Rafael Cadenas

domingo, 28 de noviembre de 2010

Blooper en MERCOSUR o Entre franelas te veas...





La entrada de Venezuela al MERCOSUR ha sido una vez más evitada. Esta vez el argumento lo conocemos muy bien nosotros también. Se apresa y se le abre juicio a un venezolano porque decide, sin violar ninguna ley, ponerse una camisa y plantear su posición política al respecto del gobierno actual, que la gente insiste en llamar “revolución”. Yo no puedo tildarla de tal, insisto en que antes que llamarla así, de darle tal vuelo, de argumentar como si se estuviera condenándola con señalarla así, se debe observar que es simplemente un gobierno muy malo.

Si en una revolución, lo extraordinario se convierte en cotidiano, como decía Ernestito, lo cotidiano ha sido la depauperación, el deterioro del país en áreas más sensible (no las nombraré, Ud. las conoce), la falta de franqueza y la malversación en la dirección de los asuntos públicos. No podría decir que eso en los malos gobiernos anteriores halla sido “extraordinario” -con extraordinario no apunto a lo que nos sorprende gratamente-, por eso insisto en que no se le debe llamar revolución a este gobierno.

Al caso. El senado Alfredo Luis Jaeggli dio como argumento el que en Venezuela se: “apresan a personas solo por vestir camisetas con ideas contrarias a la ideología oficialista.” A mi me basta el argumento del senador, no es una cosa tan tonta como para dejarla pasar. Además de que el señor de la camisa resume alegremente lo que muchos venezolanos pensamos.

El poder judicial se da a cada rato unos “chinazos”, que con sólo revisar las actuaciones próximo-pasadas del mismo gobierno, terminaría por encarcelarlos a ellos mismos. Un ejemplo, frente a la franela en cuestión (que anexo) está la que expuso el mismo presidente en cadena nacional, y que le “regaló” su rey, Juan Carlos de Borbón. (que también anexo). ¿Cómo hacemos entonces? En esa camisa se le señala directamente, se reafirma la actitud del mismo rey en una reunión internacional en la que lo mandó a callarrrrrrr. "Joder...".

Quién nos lo diría, que desde la lejana y a la vez cercana Paraguay, un senador, levantara la voz a favor de un compatriota nuestro y que esa acción de nuestro compatriota "encamisado" sirviera, una vez más, como argumento para evitar el ingreso del país a MERCOSUR.

¿Curioso...no?

poseía 2006

La leche cuajada
en el seno aborígen
aún
crepita
en nuestro suelo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Anotaciones

Se decia intelectual,
ensayaba sus cuartillas
al espejo.

& & &

Nunca traicionó
la libertad...
de su amo.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Anotaciones

Lo peor que le puede pasar
a un ecologista
es tener un éxito editorial

& & &

DES:
Policías sin manual,
imponen el orden...

& & &

Como el fiscal de tránsito que obvia al semáforo;
el peatón, el chofer, el semáforo,
obvian al fiscal.

& & &

"NO pase la raya amarilla",
era una señal de prevención,
ahora es una advertencia.

& & &

Estaba en la ciudad,
un tanto perdida,
buscaba refugio,
siguió las ambulancias.

& & &

Dijo: "-Vamos a preguntarle a Dios..."
y tecleó en la pantalla su duda.

& & &

Repartía informes a diestra
y siniestra:
de sus propias faltas.

& & &

Encapotado el cielo caraqueño,
se negó a llorar esa ciudad.

& & &

Apenas pedía unas gotas
miserables;
el cielo no creía en ella.

& & &

Fue abriéndose paso
a cornetazos...
en su triste velocidad.

& & &

Le gustaba de noche...
porque no veía nada.

& & &

Veintisiete veces lo intentó,
lloró cuando fue derrotada.

& & &

Tres veces fue y vino,
en el tránsito, se embriagó

& & &

¡Ecologistas!, no escriban...
no sea que triunfen.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Nuestros intelectuales



Orfandad intelectual o huérfanos de Intelectuales. No es lo mismo, ¡claro!

Puede que llevemos el estigma de tales carencias. Puede que la figura y el alcance del mensaje de Cabrujas, lanzado a través del teatro, la prensa y la televisión, tres medios de comunicación ineludibles para todos los estratos sociales, sea nuestro sino. Esta situación se me parece a la propaganda de una afeitadora X, que tiene ahora tres hojillas y al final una barrita, que no sirve para nada, pero que venden como una maravilla para lubricar la piel, para luego de afeitar. Es decir, quien se escapaba del teatro, no lo hacia de las otras dos, o quien no leía prensa ni iba al teatro, se conseguía con el discurso de Cabrujas encriptado en esa invención latinoamericana, la telenovela, más aún quien no veía las telenovelas, se lo topaba en los programas de opinión, en donde directamente lanzaba su mensaje.

Es que Cabrujas era mediático hasta los extremos. Tal vez por eso, su recuerdo, opaque al resto, puede ser. Pensemos: un pupilo de Cabrujas como Héctor Manrique; formado a su sombra en el teatro, la crítica y la televisión, tiene que hacer un papelón como el de Willie Trononis en La mujer perfecta, para sobrevivir, porque no es Cabrujas, que RCTV le pagaba hasta por no hacer nada, sólo por ser de “ellos”. Héctor Manrique es buen director de teatro, cuando te lo consigues opinando sobre el país es lúcido en su exposición, (dirán otros) no es Cabrujas.

Y es que creo que no debemos engancharnos en la “cabrujería”, suena bien, ¡verdad!, porque perdemos de vista la forma de defender las ideas en esta nueva y peculiar faceta que nos ha tocado vivir. El peor homenaje que se le puede hacer a un intelectual, quien sea, es extrañar su lucidez y su discurso. Porque si lo extrañamos es porque ese pobre hombre, impenitente hablador no logró nada, sólo habló y habló paja como Ricky Martin cantan sus canciones, habló solo y sólo para que nosotros, sus “fans” tarareáramos sus discursos.

¿Son tan mediáticos nuestros intelectuales de hoy?, o mejor, son realmente intelectuales, nuestros “intelectuales” de hoy. Nuestro común amigo Edward E. Said, en su Representaciones del intelectual, nos dice que el intelectual de hoy no es el tipo que escribe y se hace vendible en su imagen, para congraciarse con los lectores, las editoriales y en último término, con los gobiernos, del cuño que sea. Frente a esa postura me miro el ombligo y pienso en los nuestros, en mi parcela más cercana y querida: la historia, y veo, leo y escucho que no son complacientes en lo que muestran, hablan y escriben. Manuel Caballero, por ejemplo, busca en cada declaración, en cada artículo publicado, darle en las rodillas al gigante de barro y cuando escribe –en el largo aliento- no es diferente, no es complaciente, su mensaje busca desnudar la realidad emperifollada, su defensa de la libertad, de la democracia, no deja dudas. Ese es y será el signo de este tiempo, el mensaje se recibe en primera persona desde la tele, la radio, la prensa y ¡uff!, internet. Basta que éste mensaje lograr ser captado, comprendido e interpretado por los lectores, y más, esperado y seguido.
Manuel Caballero es un intelectual de retos serios, desde su posición como investigador nunca fue benevolente con Rómulo Betancourt, no se imaginaba él, en la década de los ochenta o noventa, que sería el presidente de una fundación como la “Rómulo Betancourt”, y frente a lo que pudiera tomarse como una claudicación de sus ideas, aceptó el reto de ser el albacea de su legado. Me recuerda este caso al título de un libro sobre Teodoro Petkoff, “Sólo los estúpidos no cambian de opinión”, Caballero ha sabido crecer y no lo ha dejado de hacer, defendiendo siempre la democracia desde su trinchera. Elías Pino I., no es distinto, sus estudios y sus declaraciones diarias, su última entrevista (razón de estas notas), su postura ante los ataques a la libertad y la democracia –aunque suene rimbombante- han sido todo lo claras que uno espera de ellos. Y no son alaridos, para nada, son posiciones, ideas, reclamos; que aunque no parezca, hacen retroceder a la bestia. Recuerde que EQTC los llama eufemísticamente: “especialistas”.
María Elena González de Lucca para ingresar a la ANH se lanzó un discurso estrictamente académico, pero cuando habló al día siguiente con la prensa, habló de el mal uso de la figura e imagen de Simón Bolívar y de cómo ahora parecía más un militante del PSUV, además de la única posición que debe tener una Academia como la de Historia, en la actual circunstancia que vive el país, ella aclaró que: “Bajo ninguna circunstancia una academia debería ser una institución del Gobierno, en el pasado no lo ha sido y en esta coyuntura menos, es una institución académica y punto.”, valdría agregar: ¡cómo le quedó el ojo!
Mi querido Rafael Cadenas, en la misma onda de Caballero, jamás a querido ser un tipo mediático, ni representante de nada, ni de nadie, sólo –eso sí- de la palabra escrita, esa “afilada espada del pensamiento”, como lo dice Eduardo Liendo. Cuando el can buscó morder a la palabra, representada por la Fundación para la cultura urbana, Rafael Cadenas no se contentó con firmar un manifiesto apoyando el disgusto general por tal acto. Contra sus mismos sentimientos se puso al frente de una fundación –como presidente- para defender a la palabra y a la Fundación. Rafael Cadenas no es cualquier hombre reclamando o pidiendo una audiencia, es nuestro poeta más importante. Su voz, su presencia genera un impacto. No se si por eso o porque a los canes simplemente no les interesan los libros, retrocedieron y se fueron tras otros huesos, más desprotegidos y más carnosos.

No me imagino a estos venezolanos diciendo: “no vale, yo ya no opino, porque son las cinco y terminó mi faena por hoy, llámame mañana en horas de oficina…”, luego, colgando y diciendo: “qué se creen, que pueden joder a cualquier hora, no valse…”.

Yo percibo que el reino de las preocupaciones de estos intelectuales es éste mundo. No están pensando en vainas abstractas mientras el país se va al garete. Julién Benda lo planteaba así para distinguir a los estudiosos de los intelectuales. Los primeros son unos defensores de los microbios o de la niebla, los segundos, defienden al hombre que camina, son sensibles ante su propia libertad de acción de decisión y la de sus contemporáneos; mientras los primeros se enojan, denuncian y condenan, cuando descubren (en 2010) las violaciones de Cristóbal Colón a los indígenas, los segundos se enojan, denuncian y condenan las violaciones a la libertad de sus contemporáneos.
Esta posición no condena la revisión historiográfica, sino que la cerca, la hace cónsona con los tiempos. La primera posición representa el infantilismo de los estudiosos, la segunda, la madures de las ideas.

Vea, Said nos dice que: “Los auténticos intelectuales nunca lo son con más propiedad que cuando, movidos por una pasión metafísica y por desinteresados principios de justicia y verdad, denuncian la corrupción, defienden al débil, se oponen a una autoridad imperfecta u opresiva.”
En estas características están los nuestros, los de verdad, los que están en la acera opuesta al gobierno, desde los rasguños de gatito de Barrera, las reflexiones de Tulio Álvarez, las chiflas de Caballero, la denuncias de Pino Iturrieta. Ninguno es la sombra, ni sombra de Cabrujas, su estilo único murió con él. Parece que nos dejó mucha nostalgia. La gente hoy se repite, como invocación religiosa –que no comparto- “qué falta nos hace Cabrujas; qué diría Cabrujas; cómo estaría de arrecho Cabrujas…” y otras conjeturas más sobre este espectro querido con cabello encrespado y lentes culo e´ botella.

Me meteré, para dejar la lata, con otros opinadores de nuestra realidad, que siento, también se empeñan –sin querer, por cierto- en entrar en esa categoría de Said: Ramón Guillermo Aveledo, Cesar Miguel Rondón, Alberto Federico Ravell, estos dos últimos tienen un rasgo en común, son hijos de hombres que lucharon contra dictadores y nacieron en el exilio. Pero, si quiere una lista más grande: Germán Carrera Damas, la bella Rocío Sanmiguel, Miguel Enrique Otero (que aunque no es de mi agrado acepto que se la está jugando). Qué decir de Teodoro Petkoff, que no se cansa de ser un tábano.
La lucha de los que defienden la libertad en nuestro tiempo, es como la que, repitiendo a Mafalda, libran las pulgas contra las locomotoras: “ellas no pueden parar un tren, pero si llenar de ronchas al maquinista”.

Esta es mi posición, querido amigo. La signa, sí, la esperanza y la certeza, de que el tiempo histórico no es el mismo que el de los semáforos, los corredores de bolsas, ni las quincenas o los meses. El tiempo histórico no puede ser marcado por el reloj suizo convencional, sus muelles son más largos, sus horas y días también. A veces, para pesar de la mayoría, es imperceptible. Antes y después nos asalta, nos sorprende, y no nos permite decidir si seremos actores o no.

domingo, 31 de octubre de 2010

Libertad guiando al pueblo o cómo se metio si no tenía vela en ese entierro...


Está bien, concedamos que quienquiera puede intervenir una obra de arte clásica y a partir de ella mostrar otra “realidad”. Pero es que éste trabajo, de un artista venezolano, resulta especialmente tendencioso y se presta para unas cuantas lecturas que por acá se me ocurren.
Es una buena representación del de Eugène Delacroix, y a partir de ese original nuestro compatriota nos presenta su realidad, en una escena clásica nuestra. El Padre Madariaga con el Capitán General Emparán, cuando decidió, caprichosamente, que él tampoco los quería si no lo querían.
La Libertad no lleva una bandera en la mano derecha, que pudo haber sido venezolana, lleva en cambio la paloma de la paz. En este contexto, eso es lo que ofrece la “revolución”. Ella no lleva una carabina sino que arrastra la bandera, con la que está vestida, y cuya franja roja es la que más destaca.
No la sigue un niño o joven con pistolas en las manos, nada de eso. Por el contrario, cuando llega a nuestro trópico, se transfigura y nos presenta a un “descamisado”, quien parece empujar a Libertad. A partir de aquí el cuadro pareciera cambiar de nombre, para llamarse: “El Pueblo empujando a Libertad”. Ya no es un niño o joven, sino más bien, ¡sorpresa!, el comandante, que viene un tanto más lejos, levantando la mano derecha. Nada es perfecto. En serio. Un poquito de atención y se ve con claridad el rostro de EQTC dándole cuerpo al mural.

EQTC en Rusia

-¿Será que le regalo un chocolate...o una mermelada?
-Я надеюсь, что мне не отдают potesito компот!, Хватит, даже при взгляде на потолок!
-¡Parece que está ganado a la idea revolucionaria de probar nuestra mermelada de batata!
-Где мой сотрудник Медведев?, Как некрасиво!
-¿si es serio...vale?, nada como Fidellllllllllllll!, perdón...nadie!
-Все на продажу, что "Plantic", оставшихся от Чернобыльской нас ... Я сказал, что они скрывали маленькую дырочку, через которую выливают...
- A ver ayudante...traigame la mermelaaaadaaa.
-Я так и знал!

sábado, 25 de septiembre de 2010

Habana Eva


Tener la oportunidad no solo de criticar sino de disfrutar una película es todo un placer. A algunos de mis amigos les dio por criticar duramente a Habana Eva, diciendo que es una peliculita rosa y nada más; que si Eva es presentada o “vendida” con una “Doña Flor y sus dos maridos”; llegar hasta allí en lo que ofrece esta buena película venezolana es quedarse en pañales, pareciera que cuando “descubrieron” la trama salieron corriendo del cine con el temor de que los pudieran cubanizar o vender una idea un tanto extraña de la “Isla de la Felicidad”, nada que ver, pero nada.

Mi amiga Carmen dice que la misma Fina Torres dijo que era una película de amor, lo hay como es natural, pues la propuesta busca enganchar a un público diverso y amplio, que con la propuesta pura y dura de denuncia política no lo lograría.

Hay una crítica seria a la forma en que los que huyeron de la Revolución desde 1960, se preparan para el momento post-Fidel, revisando el estado de la infraestructura de sus propiedades, hoy convertidas en viviendas multifamiliares, talleres, fábricas, restaurantes, etc. Dependiendo del informe que les haga “el fotógrafo” ellos deciden en una oficina en Caracas o Miami, si servirá para rehabilitarla o en su lugar colarán un Centro Comercial o Mall, como les dicen ahora.

Pero no se queda allí, Eva es una diseñadora, trabaja en una fábrica de vestidos de novias, donde los hacen sin gracia –como la Revolución- igualitos todos –en serie-, respondiendo a las ordenes que de “arriba” manan o emanan, al gusto del cliente. Ella tiene otra visión más moderna, cosa inevitable, no sólo en la moda sino del mundo. Pero en esa fábrica del Estado no lo puede hacer. Su elaboración responde a unas directrices inevitables. Su novio es en sus labios: “-un buen arquitecto…”, que no termina de armar un cuartico en el que ellos puedan vivir juntos. Ella está desesperada. Vista la cosa, el personaje de Juan Carlos García es accesorio en la trama, porque, incluso la amiga, asomo de jinetera es Abogada. La película denuncia mitos que nos han vendido a los latinoamericanos, en cuanto a “los éxitos” de la educación en la isla. ¿Cómo explicar estas cosas sin una trama amorosa de por medio? El cierra es un canto lamentable. La tradición las “invita” a un paseo en convertible por un malecón solo de gente y vehículos y ella saludando sin que nadie le responda el saludo.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Lecturas: Cuento y poesía



Entre anoche (18SEPT2010) y hoy (19SEPT2010) he terminado de leer un par de libros que tenía en la cola, el primero Un sueño comentado de Rubi Guerra (NORMA, 2004) me dejó la sensación agradable de buscar otro de sus libros y sentarme a leer, leer, leer, leer por largo rato. Me gusta su tono y la forma en que coloca frases que emulan grandes obstáculos, en los que te tienes que detener para comprender, obstáculos insalvables; como estos que están en el cuento Otros mares:

“…en su rostro, a pesar de las sombras, se adivinaba el rastro de las lágrimas; las saladas fuentes de la desdicha dejaban en sus mejillas surcos sucios y brillantes, igual que en la cara de un niño pequeño y abandonado.”



En el mismo cuento está esta otra frase que lo cierra:

“…la vida sigue y desgasta; se traga a los hermanos mayores, los tritura con suavidad y sin violencia, como lo harían unas encías sin dientes.”

Llegué a este autor por un comentario en prensa de Violeta Rojo, donde lo mencionaba. Son muchas las formas que tenemos para llegar a la literatura, siempre que queramos transitar por ella. Las imágenes que presenta, aun cuando no se conozca el oriente del país –ese es mi caso- las entiendes porque de alguna forma si estamos ambientados en los paisajes que evocan la explotación petrolera, las dictaduras y los sinsabores de los sueños truncados.

El otro es un libro de poesía: Pasado en limpio, de Arturo Gutiérrez Plaza (bid&co.editor/Equinoccio-USB, 2006). No leo poesía con la misma rapidez con que leo cuento o novela, en este género suelo detenerme un poco más, tal vez sea porque trato de comprendes con más detalle –sin llegar a hacer de entomólogo-, hurgo un rato en las palabras, me voy al diccionario a aclararme dudas, trato de entender la imagen, a veces simplemente tengo que desistir y aceptar que no comprendo, y rogar que en la siguiente página tenga suerte. En esta caso, disfruté de lo que me ofrecía el poeta y además me hice de algunas de sus oraciones o versos, sueño de paráfrasis para trabajos futuros. Tengo en mente un ensayo -leo actualmente sobre el tema- que aborde a los intelectuales venezolanos, los que son y los que se autodenominan, y una de mis paráfrasis será esta de Gutiérrez Plaza: “Si supiese qué rumbo persigue lo escrito todo tendría quizás un propósito común.” O este otro:
"Las ideas también bostezan, se reclinan sobre asustadas palabras"

Para cerrar dejo estos versos de su poema Entre jaulas que me parece bello y completo:

A cambio, colecciono pequeñas jaulas vacías
para que el aire pueda extender sus alas al levantar vuelo,
sin tropezar con otros reclusos

sábado, 18 de septiembre de 2010

La Vela de Coro, Miranda y J. L. Chirinos



Pensar en Coro no es sólo imaginarse a Francisco de Miranda desembarcado en esas soledades, espantadas por su discurso pero también por la propaganda desplegada por los realistas enterados de su proxima llegada. Hoy en el sitio en el que desembarcó a principios del siglo XIX hay un monumento que no llega siquiera a esa categoría, puede catalogarse de mamotreto, armatoste, construcción florida, etc. La idea del tal es hacer homenaje al sitio en que se izó la primera bandera nacional, la que con el tiempo le daría paso a nuestra bandera moderna con caballito corriendo raudo hacia la izquierda, ya no con el cuello doblado (morrocoya dixit) pero si desbocado, como si se le agotara el tiempo de poder actuar. ¡esito el caballito!, y con ocho estrellas claro. Pero en la plaza de La Vela de Coro, obra creada por el hombre (alcalde, gobernador, etc.) no hay una bandera siquiera, el monumento tiene cuatro (4) años aproximadamente, según nos informó el guía y ya no hay banderas, las placas se las llevaron, el granito está partido, las sillas de la plaza están arrancadas…todo una porquería, se podría decir.

Allí en La Vela, pareciera, no hay nada que ver. Habiendo viento, no hay "velas" que puedan ser batidas por él. Cuando se inflama una bandera, algo del orgullo nacional también se abomba.

Cuando se llega a la Zona Colonial la cosa cambia, las calles empedradas, las casas bicentenarias están bien pintadas, el impacto visual es positivo. Caminando por sus calles pasé frente al Museo, allí estaba esta obra en raro homenaje a José Leonardo Chirinos. Sin duda es su rostro, pero pareciera un chinazo pues en lugar de “homenajearlo” pareciera condenarlo a vivir eternamente con cadenas de esclavo entre cien y cien, como para queno se le olvide. José Leonardo Chirinos no fue esclavo, en honor a la verdad, no luchó por la independencia de la provincia, sino por imponer de algún modo su propia ley. Pero bueno, somos una nación un tanto sedienta de héroes y cualquier parada que haga alguien en la calle en contra de la autoridad –aquella o esta- solemos celebrarlo con un: ¡ese si tiene las bolas cuadradas…!

jueves, 16 de septiembre de 2010

Los Médanos de Coro



Hace poco visité (en un viaje fugaz) varias regiones de Venezuela. En eso que llamamos turismo nacional, especie de justificativo para poder decir: “…yo primero conocí Venezuela y luego empecé a salir al exterior…”. Cuando pienso en lo que vemos en nuestras regiones a veces me decepciono y maldigo a nuestro políticos –son, lamentablemente, nuestros- por ser de cortas miras y no darse cuenta de que el país en general –nosotros los venezolanos- no exigimos tanto para mantener –mantenerles- su statu quo, ese que les dará poder y más poder, que es el fin último de los que gobiernan en todas las trincheras.

Si no fuera por los monumentos naturales, que de algún modo salvan nuestro paseo turístico (La Gran Sabana, Los Médanos de Coro, las playas de Falcón, las aguas termales, la Laguna de Sinamaica) la infraestructura turística –con salvadas y honrosas excepciones: Mérida, por ejemplo- sería una porquería. Están tan ocupados en preservar el piche y efímero poder, que no se dan cuenta que dejan de trabajar por lo realmente importante. Prefieren enfrascarse en la corrupción o la malversación o en demostrar su ineficacia y su talante de burros (con el perdón de esos animalitos) como por ejemplo el Km. 0 de la Panamericana, el Metro, la Inseguridad. Pero bueno, ellos son así.

Quería mostrar cómo sitios turísticos naturales nos despiertan esa sensación de “yo soy de aquí”, “yo pertenezco a esto”: Los Médanos de Coro son un ejemplo, es un parque nacional. Cuando llegué allí –en mi caso por primera vez- me sentí extraño, demasiada arena, la tocas, la agarras en las manos y resulta que es amable, suave, nada pegajosa, te invita a quitarte los zapatos y las medias y a correr sobre ella. Veía esa inmensidad y pensaba en el Sahara, pero también en las viejas propagandas de Belmont y en las fotos de mi sobrina Camila rodando también entre ellas, en el comentario de Gilberto Santa Rosa sobre nuestros Médanos y en lo que una vez me dijo mi papá: “…ellos se mueven y tapan la carretera y hay que removerlos diariamente…”. No lo creí hasta que vi el tractor en plena vía, dispuesto para esa labor. Tal vez pensaba: “mi papá y sus vainas…”.

Estando en los médanos me lancé en una carrera pensando llegar a una loma visualmente cercana, cada vez que me detenía a ver cuanto me faltaba ésta estaba más lejos y corría y, como un espejismo, se volvía a alejar. Fue especial sentirme en la nada, sólo, alejado y a la vez cerca de todo. Las arenas de los Médanos de Coro no decepcionan a nadie. ¡Verdad Marietta!

jueves, 19 de agosto de 2010

domingo, 8 de agosto de 2010

Almafuerte en el Puente Fuerzas Armadas



San Antonio de los Altos

El jueves 5 de agosto, estaba de cacería por el Puente Fuerzas Armadas –en Caracas- y entre remate y remate llegué a uno de 5 Bs.; cuando veo un remate de este tipo recuerdo que mi amigo Carlos Rodríguez, siempre dice: “…no desprecie estos montones, algo puede haber…”, me detuve y empecé a hurgar, levantando con mis manos, trataba de llegar al fondo del remate… y allí estaba con su portada ALMAFUERTE, busqué en el índice de esa edición de Antonio Zamora (1964) los siete Sonetos Medicinales, y estaban allí esperándome.

A Almafuerte no es común encontrarlo en las librerías caraqueñas, hace años lo vi en la Librería Lectura del CC. Chacaíto, y hoy lo tengo sobre mi mesa. Veo mi nuevo (viejo) ejemplar y me sorprende lo que ha vivido él, lo que ha viajado, está firmado por su primera dueña: Lourdes de Padilla, en Buenos Aires (10-4-68). Es el segundo volumen. Ya aparecerán los otros.

Transcribo a continuación para mis amigos a Almafuerte, estos Siete Sonetos Medicinales ya han sido escuchados en boca de otros, incluyendo a Facundo Cabral. Pero es una medicina que he estado buscando desde hace bastante porque siento su fuerza y su poder, no de curación; la poesía no cura sino que abre heridas, deja los cuerpos sin piel, extremadamente sensibles, como me lo explicara una vez Diana García.

Almafuerte
SIETE SONETOS MEDICINALES

¡AVANTI!
Para Don Felix J. Tettamanti.

Si te postran diez veces, te levantas
Otras diez, otras cien, otras quinientas…
No han de ser tus caídas tan violentas
Ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Con el hambre genial con que las plantas
Asimilan el humus avarientas,
Deglutiendo el rencor de las afrentas
Se formaron los santos y las santas.

Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
Nada más necesita la criatura,
Y en cualquier infeliz se me figura
Que se rompen las garras de la suerte…

¡Todos los incurables tienen cura
Cinco segundos antes de la muerte!

¡PIU AVANTI!
No te des por vencido ni aun vencido,
No te sientas esclavo, ni aun esclavo;
Trémulo de pavor, piénsate bravo,
Y arremete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido,
Que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
No la cobarde intrepidez del pavo
Que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora,
O como Lucifer, que nunca reza,
O como el robledal, cuya grandeza
Necesita del agua y no la implora…

¡Que muerda y vocifera vengadora,
Ya rodando en el polvo tu cabeza!


¡MOLTO PIU AVANTI!
Los que vierten sus lágrimas amantes
Sobre las penas que no son sus penas;
Los que olvidan el son de sus cadenas,
Para limas las de los otros antes;

Los que van por el mundo delirantes,
Repartiendo su amor a manos llenas,
Caen, bajo el peso de sus obras buenas
Sucios, enfermos, trágicos…¡sobrantes!

¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
Nunca sigas impulsos compasivos!
¡Ten los garfios del odio siempre activos,
Y los ojos del Juez siempre despiertos!...

¡Y al echarte en la caja de los muertos,
Menosprecia los llanos de los vivos!

¡MOLTO PIU AVANTI ANCORA!
El mundo miserable es un estrado
Donde todo es estólido y fingido,
Donde cada anfitrión guarda escondido
Su verdadero ser tras el tocado.

No digas tu verdad ni al más amado;
No demuestres temor ni al más temido;
No creas que jamás te hayan querido
Por más besos de amor que te hayan dado.

Mira como la nieve se deslíe
Sin que apostrofe al sol su labio yerto,
Cómo ansían las nubes el desierto
Sin que a ninguno su ansiedad confíe…

¡Trema como el infierno; pero ríe!
¡Vive la vida plena, pero muerto!

¡MOLTISSIMO PIU AVANTI ANCORA!
Si en ves de las estúpidas panteras
Y los férreos estúpidos leones,
Encerrasen dos flacos mocetones
En esa frágil cárcel de las fieras,

No habrían de yacer noches enteras
En el blando pajar de sus colchones,
Sin esperanzas ya, sin reacciones
Lo mismo que dos plácidos horteras;

Cual Napoleones, pensativos, graves,
No como el tigre sanguinario y maula,
Escrutarían palmo a palmo su aula,
Buscando las rendijas, no las llaves…

¡Seas el que tu seas, ya lo sabes:
A escrutar las rendijas de tu jaula!

VERA VIOLETTA
En pos de su nieve se lanza el río
Por el gran desnivel de los breñales;
El aire es vendaval, y hay vendavales
Por la ley del no-fin, del no-vacío;

la más hermosa espiga del estío
No sueña con el pan en los trigales;
El más noble panal de los panales
No declaró jamás; Yo no soy mío.

Y el sol, el padre sol, el raudo foco
Que lo fomenta todo en la Natura,
Por fecundar los polos no se apura,
Ni se desvía un ápice tampoco.

¡Todo lo alcanzarás solemne loco,
Siempre que lo permita tu estatura!

LA YAPA
Como una sola estrella no es el cielo,
Ni una gota que salta, el Océano,
Ni una falange rígida, la mano,
Ni una brizna de paja, el santo suelo:

Tu gimnasia de cárcel no es el vuelo,
El sublime tramonto soberano,
Ni nunca podrá ser anhelo humano
Tu miserable personal anhelo.

¿Qué saben de lo eterno las esferas;
De las borrascas de la mar, la gota;
De puñetazos, la falange rota;
De harina y pan, la paja de las eras?...

¡Detente, por piedad, pluma, no quieras
Que abandone sus armas el idiota!

miércoles, 4 de agosto de 2010

Somos




al profesor Pedro Calzadilla

Raza extraña
a medio camino
entre el lodo y las hadas,
somos el grito de la india violada
y el último gemido de placer
del conquistador;
la lágrima inmensa del aborigen
aperreado
y la risa cómplice
de los que azuzaron al animal;
estamos a medio camino
entre el mar gigantesco
y la orilla infinita,
entre el palo tintóreo
y el arcabuz,
somos
una raza sin gracia divina,
mitad barba
mitad limpidez,
somos algo
extraño,
creado de la nada;
tres sangres mezcladas
abriéndose paso
entre montañas de pubis
y torres de placer.

Cs, 2003

Apamates


APAMATES
I
El apamate suelta lentamente
su lluvia rosada de flores,
es una suerte hallar
alguna fresca en el suelo.


II
El tránsito intenso de hombres ajetreados
atropella sin lástima
cada copo de apamate

III
flor instantánea que lo embellece
sin ella es un árbol más
en esta ciudad hiriente,
rápida
y ensordecedora,
que aun guarda para las próximas primaveras
agradables sorpresas

viernes, 30 de julio de 2010


Beso todas las sílabas
En tu piel leo oraciones,
versos,
máximas,
interjecciones,
direcciones de ciudades opulentas,
códigos postales de amantes olvidados.

Llegando al punto final
beso todas las sílabas
y reinicio el viaje
de las oraciones

miércoles, 28 de julio de 2010

Comer piedras o Autarquía

“Si hubiera alguna agresión armada contra Venezuela desde territorio colombiano o cualquier otro lugar impulsado por el imperio yanqui, nosotros, aun cuando aquí tengamos que comer piedras, le suspenderíamos el envío de petróleo a los Estados Unidos de Norte América”, dijo Chávez.

La cita de aca arriba asusta, pero más que comer piedras… hubiese querido escuchar que nos convertiríamos en una Autarquía. ¡Suena o no suena mejor!

jueves, 22 de julio de 2010

UCV: Una segunda carrera...


Este artículo, en el que se expone la diligencia y la “tolerancia” con la que las autoridades de la UCV “atienden” un justo reclamo, mal planteado por los estudiantes, deja entrever que sólo son capaces que detenerse ante sus decisiones administrativas cuando son impelidos por la violencia, no justificada, pero violencia al fin.
El cobro de la segunda carrera fue una disposición mal planteada, que ya tiene un año ejecutándose, que además fue aprobada a trocha y mocha, sin consultar con la comunidad universitaria, -la Comunidad somos todos y no sólo el Consejo Universitario-, a los que las autoridades siempre les piden apoyo, y además siempre reciben.
La señora rectora podrá argumentar las razones que correspondan para esa decisión y el destino final que ha tenido, tiene y tendrá ese dinero cobrado a los estudiantes que asumen una segunda carrera, pero lo cierto es que la decisión generaliza y termina castigando a estudiantes que aunque tengan una carrera están más limpios que talón de lavandera. No se puede presumir –sin más- que porque estén realizando una segunda carrera –en nuestro país y en éste momento- implique que el mismo esté “forrado” de plata como para cancelar una (1) unidad tributaria por crédito.
Han debido haber comenzado con un cuarto o media unidad tributaria. Enviando el mensaje de su posterior aumento y de la necesidad de la medida, pero no fue así, apareció como decisión tomada y así se ha mantenido desde hace un año. En el fondo comprendo la medida, pero si es cierto que están en sintonía con el país al que forman, también deberían entender que cuatro (4) materias de cuatro (4) UT., son una carga que me dificulta creer que muchos estudiantes puedan costear con tranquilidad.

sábado, 26 de junio de 2010

Sándor Márai





A las 2:00 a.m., de este día terminé de leer el libro La hermana del escritor húngaro Sándor Márai, publicado por la editorial Salamandra en 2007. Una de las tapas internas me lo muestra en una foto. Lleva una boina, presumo que negra o azul, porque la foto es en blanco y negro. Un sobretodo cerrado, camisa blanca y corbata. Va en un bote trasbordador, en uno de esos viajes sin fin que realizaron los hombres y mujeres que, como él, atravesaron el siglo y sufrieron sus dos guerras. Porque no es lo mismo vivirlas en parajes en los que la prensa o la radio te dan noticias de ellas y te van marcando –no hay salida- otras penurias: caudillos militares, militares, dictadores de todo pelo, civiles asimilados al verde oliva, ineptos civiles que se ofrecen “democráticos”, corrupción, miserias, etcétera.

Sándor Márai va en ese bote con el mar, que limpia, de fondo, sereno, tranquilas se muestran sus aguas. Por los sucesos posteriores sabemos que en la superficie había calma peor en el fondo bullía su desesperación, su dolor, su eterna enfermedad, la que padecieron todos los sobrevivientes de una de las dos guerras, en su caso de las dos; y siempre, ese desfase de cualquiera que viene del horror, la muerte, “la justicia correr” como decían los alemanes en el momento de sentenciar a muerte rápida y en la guillotina a sus nacionales. Esto último lo extraigo de la película La rosa blanca que acabo de ver recientemente.

Va en las aguas, está vivo y mira fijamente el lente de la cámara, mientras que los suyos lo sostiene en la mano izquierda. Quizá la barca esté atracada, quizá no; de bambolearse jamás lo sabremos. Ese movimiento de babor a estribor o de proa a popa no lo descubrimos pero lo intuimos. Así es el ritmo de la vida, con cabeceos, titubeos laterales, con énfasis en inclinaciones.

La religión cristiana, Occidente en general, nos señala que somos polvo y al polvo iremos, pero Oriente ve al hombre como agua, en movimiento, vivo y dando vida. No es la sangre que corre “para dar justicia” alemana, sino la que circula por nuestras venas como sabia, como la que mantiene la vida:
“De las aguas y del inconsciente universal surge todo lo viviente como de la madre.”

…Las aguas simbolizan la unión universal de virtudes, fons et origo, que se hallan en la precedencia de toda forma o creación.

Sándor Márai va en ese pequeño trasbordador, cambiando, como decía Heráclito. Abordó y llegó a la otra orilla distinto, no igual a lo que era. Creció al cruzarlo, sufrió al cruzarlo, al cruzar el atlántico, así como al cruzar el pequeño torrente que se forma entre las calles cuando llueve.

En La hermana se van dibujando los sufrimientos humanos, cada cosa que nos ofrece me genera dudas porque como lector estoy buscando dobles sentidos o imágenes o recursos literarios que muestren una realidad inmediata y un mensaje subyacente en cada personaje, en cada situación, en cada nombre.

La novela está dividida en tres etapas o capítulos:
1. La introducción que hace el narrador para explicar como le llega un manuscrito…
2. La trascripción total de ese manuscrito, a sabiendas que presume que el desarrollo de un trabajo al que le falta el inicio y el final.
3. La resolución del maestro de música de su enfermedad, su dinámica con los otros personajes, su enredo y el desenlace.

En la primera aparece nuestro narrador siendo presa de la naturaleza, manifestada en forma de lluvia intensa, que no lo deja salir de una cabaña en la que están encerrado con otros huéspedes, de distintas cualidades: a).- la pareja de posaderos, una pareja que planea crecer comercialmente; b).- un par de cazadores, uno gordo y uno flaco, deseosos de accionar sus armas, por deporte, contra la naturaleza, mientras que esta acciona contra todos ellos; c).- una pareja “extraña”, distinta, arrastrados por la pasión se vieron obligados a abandonar loa mundos en los que estaban cómodos y se sentían seguros. Terminan suicidándose. Por la secuencia de los hechos, la dama intuía que si ella bebía el sumo de esa planta en forma sombrilla, el amante cambiaría de opinión. Ella deseaba la muerte para zafarse de los dolores morales, pero él podía vivir con ellos. Ella no se lo permitió. Al darle de beber cicuta lo castigaba por haberla seducido y ala vez se castigaba ella por haber cedido a los impulsos del cuerpo y los embates del corazón.

Ese momento en el que ella yace resignada, sabiendo su próximo destino, observada por los huéspedes, por el maestro, escuchando las últimas voces que le confirman que ya no hay nada que hacer, su mirada ida, se siente, a la vez temerosa, dolida. Su figura menuda, con poca masa muscular no hacía advertir su carácter y resolución final.

La lluvia generó la agonía, La agonía hizo cesar la lluvia; el agua iba cambiando poco a poco a todos lo huéspedes, el torrente y el goteo movió sus lechos. Al cesar la vida cesó la lluvia o viceversa, “alguien tiene que sacrificarse” dice el maestro famoso oculto entre los amantes resignados a su sentencia, entre los cazadores afanados por acariciar con el índice la curva de sus disparadores, los posaderos y nuestro narrador.

Una vez dado el tributo todo vuelve a la normalidad, todo sigue su curso, todos a su destino, a construir o destruir, pero en todo caso a hacerlo.

El contexto histórico es la Segunda Guerra mundial, suceso vivido por Sándor Márai. Se pasean los alemanes, los fascistas italianos, se escuchan las bombas y se ven, de vez en cuando los destellos de las explosiones. Alejado geográficamente de todo eso está el maestro en un tránsito en el que bordeará la muerte. Este capítulo es el que observo más confuso, intenso, desgarrador y sugestivo: el maestro, el profesor, el médico asistente, las cuatro monjas (Cherubina, Dolorissa, Charrísima, Matutina), son todos a una la certeza y la contradicción. Se muestra así la enfermedad en todas sus dimensiones, es la excusa para hablar de la mentira, del amor, del dolor, de la muerte, de los errores, del destino, “…Y allí donde Eros no se manifiesta, la gente se vuelve sorda e inerte.”. Todas las realidades anteriores se vinculan con Eros, con el amor, con su existencia y su presencia y dictamina que si ese sentimiento no está el sentido auditivo, el de escuchar al otro, al próximo, al prójimo, se atrofia y es sustituido por el ruido de la guerra que no diferencia ya entre otras manifestaciones humanas. El polvo, el ruido, la destrucción, la sangre, los deshuesaderos asumen la escena, y ya no hay quietud contemplativa sino parálisis. En este momento todos perdemos.

¿Qué enfermedad padece el maestro?, el profesor (médico experimentado) la resume así:
…La vida es veneno sino creemos en ella, si ya no es más que un instrumento para colmar la vanidad, la ambición y la envidia. Entonces uno empieza a sentir náuseas como…

Intentaré un diagnóstico: vita fatum, dos palabras en latín que podían no decirle nada pero le habrían dicho todo. “La vida es un veneno si no creemos en ella…”. Si lo invadía, como en efecto, el desgano vital, si estar vivo sólo servía para aumentar el mismo desgano, la molicie, entonces estar vivo era el mismo veneno.

Este capítulo es un grito a favor de la esperanza, de las ganas de vivir. El maestro en cama se me ofrece el mismo Sándor Márai, no invadido de molicie, sino falto de esperanza, con pocas razones para creer en la humanidad, en su cambio, en su “evolución”.

“La vida es un veneno si no creemos en ella…”, pareciera haber dicho en 1989 cuando se la quitó y observando los comentarios lejanos, sabía que no había vuelto atrás.

Más adelante el mismo maestro nos dice:
Toda relación humana íntima, –amistad, amor e incluso los extraños vínculos que unen a dos adversarios en la vida y en la muerte– se inicia con ese toque mágico; como si uno sintiera la realidad del sueño:…

Es este estado el que propicia la vida, el que genera la esperanza, el que nos vuelve seres irreflexivos y creyentes en una abstracción cargada de risas y pesares llamada futuro.

El nuevo aliento de vida también es la oportunidad para probar el elixir que lo separa de la realidad, el médico asistente le dice que no vuelva a los brazos de E., porque ella es la enfermedad, pero el maestro cree que E. lo ha salvado, se siente obligado, atraído, tentado a volver a estar en sus brazos, a revivir su pasión pasada. La reflexión de este médico es contundente:
—…usted no debe volver con esa mujer
—¿Por qué no debo volver con ella? –le pregunté con calma, mostrando interés.
—Primero –(…), porque uno nunca debe volver con una persona de quien se ha alejado definitivamente. Es una de las pocas reglas de la vida. Esta clase de vuelta atrás constituye un peligro mortal. Usted ha dejado a esa mujer y se ha despojado de todo aquello que proliferaba malignamente en esa relación. (…)
—Espere –le dije- ¿Acaso sabe usted lo que significa esa mujer para mi?
—La enfermedad –dijo con sencillez.
—Y tal vez la recuperación –repuse- ¿No se le ha ocurrido? (…)
—Eso sería homeopatía –dijo muy serio-. No se la recomiendo. Curar la enfermedad con la enfermedad…es una concepción de la medicina que tiene sus celebres seguidores, pero yo no creo en ella.

¿La enfermedad será el pasado?, es o será suicida recurrir a él de cuando en cuando como una relación enfermiza que ya superada o vivida queremos antinaturalmente volver a vivir, a sabiendas de que nos perjudica ese estado trasparente, fenecido, agotado y resuelto que es el pasado, nuestra relación con el pasado.

Del pasado tenemos que irnos, cortar los cabos, de ese puerto, soltar el lastre que nos permita tener autonomía. E. es la enfermedad, su estado temporal, espacial es el ayer, ¿pero que realmente le podía ofrecer al maestro si hasta su frigidez es comentada por él como cosa natural. ¿Quién es E?, ¡la parca!, ¿quién es una sentencia de muerte ambulante?, ¿Carissima?, ¿Y como es que “la mas querida”, Carissima, tiene un rostro pálido, inexpresivo, una especie de máscara mortuoria?, ¿estuvo siempre a su lado la muerte representada en ella?, si…la más querida. ¿Estuvo el sino representado en el médico asistente?, pareciera que si. Ella, Carissima, “la más querida”, es la hermana, nuestra hermana, la que nunca nos abandona hasta el día en que nos lleva, la muerte. La llevamos en nosotros mismos, siempre está allí, representada en nuestros huesos, en nuestra calavera recubierta de músculos, grasa, órganos, arterias. Va nuestra hermana con nosotros como siameses, acompañándonos en el futuro, mordiendo el pasado, pero paciente, deseosa de llevar a nuestras agotadas venas el elixir que nos separe, que nos haga flotar y reflotar y así dejar de ser.